viernes, 29 de noviembre de 2013

Perro come perro

Por esas cosas de la vida, terminé viviendo en Inglaterra hace un año. Siendo un aficionado al ciclismo, lo primero que hice fue buscar bicicleta, bicicletarías, revistas, páginas web, etc.
La idea era encontrar los espacios adecuados para seguir pedaleando al otro lado del charco. Afortunadamente, en ese momento (otoño del 2012), Inglaterra vivía un boom ciclistico. A la reciente victoria de Wiggins en el tour de Francia se le sumaba el éxito de la delegación inglesa en los juegos olímpicos (tanto en ruta como en pista), la mayor presencia del ciclismo en medios masivos de comunicación, y la inversión estatal y privada en el ciclismo. Este boom fue tan grande que por primera vez en la historia, el ciclismo fue el deporte con mayor inversión estatal en Inglaterra, superando al fútbol y a otros deportes tradicionales como el rugby y el cricket. Adicionalmente, Bradly Wiggins fue nombrado como BBC Sport Personality of the Year en 2012 siguiendo los pasos de Mark Cavendish que también lo ganó en 2011.
El resultado de mi búsqueda fue muy grato. Docenas de tiendas online y físicas, docenas de sitios web especializados, programas radiales enfocados 100% en ciclismo, programas de incentivos para usar la bicicleta como medio de transporte, programas de alquiler de bicicletas, infraestructura para facilitar el uso diario de la bicicleta, organizaciones de lobby a favor de ciclismo, docenas de marcas inglesas de bicicletas y accesorios, docenas de frame builders a lo largo del UK, las locuras del alcalde de Londres, etc, etc, etc. Hasta Jeremy Clarckson, enemigo acérrimo de las bicicletas, terminó subiéndose en una.
Los resultados se veían, y el crecimiento del uso de la bicicleta rosaba los dos dígitos año tras año.
En fin, el panorama era excelente para los ciclistas. Pero uno de los aspectos que más me llamó la atención es la cantidad de eventos que hay semana a semana para los ciclistas deportivos; las llamadas sportives. Si a eso le sumamos las facilidades para transportar las bicicletas en los trenes, tenemos un paraíso para el weekend warrior!
Tal vez el ejemplo más famoso de este tipo de eventos es el Prudential RideLondon-Surrey 100, una carrera de 100 millas que emulaba el recorrido de la carrera de ruta de los juego olímpicos 2012. En el 2013 hubo 50.000 aplicaciones para 20.000 puestos disponibles. Todo un éxito.
Por falta de plata y nivel motivos de tiempo nunca pude participar en alguno de estos eventos, pero me quedó la inquietud. Fue por eso que al volver a Colombia hace unos meses empecé a buscar este tipo de evento para inscribirme. Qué tan difícil podía ser? Es muy frecuente ver carreras 5K, 10K, media maratón, y maratón en Colombia. Por qué no tener este tipo de eventos para ciclistas?
Pues la cosa no era tan fácil. Sólo pude encontrar un puñado de eventos para ciclismo de ruta, y una número mayor de evento para ciclismo de montaña; pero todavía muy lejos de la cantidad de eventos que hay para atletismo.
Tal vez por eso me emocioné cuando vi el anuncio de la Citycleta Movistar. Tal vez no era el evento perfecto, pero era un inicio. Era en ciclovía (esto implica semáforos, huecos, etc), era corto, era relativamente costoso, pero era un comienzo.
Pero no todos compartían mi entusiasmo. Sorprendentemente, las voces en contra venían de la comunidad ciclística. Personas como @AndresVergaraB se lanzaron lanza en ristre contra el evento. Según lo que pude seguir de las discusiones en twitter, la queja era que se estaba cobrando por el uso de la ciclovía, y que no se estaba reconociendo la existencia de otros ciclopaseos que tenía la ciudad.
Respecto al primer punto, hay que decir que si bien los dos eventos compartían el mismo espacio físico, se trata de dos públicos y dos actividades muy distintas. En ciclovía hay niños, perros, vendedores, ciclistas despistados, patinadores, etc. En la citycleta se esperaba un público más "deportivo" y con más ganas de ir rápido, algo que no se puede hacer en la ciclovía por motivos de seguridad. Todos cabemos en la ciclovía, tanto los que van de paseo como los que quieren ponerse lycra he ir a toda, pero es mejor separarlos para evitar accidentes.
El segundo punto me parece más un golpe de pecho y una herida de ego que un punto válido, así que no me voy a referir a eso.
Finalmente la cosa terminó en que "los ciclistas" se reunieron con los organizadores del evento y se decidió el evento sería gratis, y que sólo los que ya habían pagado recibirán el kit de carrera. "La batalla que ganaron los ciclistas" tituló El Espectador... Me pregunto qué son entonces las 3.000 personas que se inscribieron para participar en el evento y tenían su lycra lista para ese día. No son ciclistas también? Y me pregunto con qué ganas van a volver a organizar un evento de estos después de este episodio.
Es lamentable que los que representan a los ciclistas sean tan incapaces de aceptar un ciclismo diferente al que ellos quieren; un ciclismo que no quiere salir en una bicicleta plegable a pasear los domingos o los miércoles en la noche sino que quiere ponerse lycra y casco y salir a "competir". Es lamentable que sean los mismos ciclistas los que rechacen la inversión privada.
El desarrollo del ciclismo en este momento está enfrascado en pedir que otros sectores le sedan un poco de espacio a los ciclistas (e.g. los bicicarriles que instalaron en Bogotá). Con qué cara van a seguir pidiendo más espacios si los ciclistas no fueron capaces de prestarle algo de su espacio a otros ciclistas? Mucho "deme" pero muy poco "tome"...
Esta no fue una victoria para los ciclistas cómo lo dice El Espectador. Esta fue una espectacular derrota. Esto fue demostrar que la inversión privada en el ciclismo es rechazada por los mismos ciclistas, y que "los ciclistas" es un circulo cerrado de personas que representan a algunos, pero no a todos. Esto fue negarnos el "modelo inglés" en donde los éxitos deportivos se traducen en más interés por la práctica competitiva del ciclismo; y esto a su vez se traducen más infraestructura, más inversión pública, más inversión privada, más apoyo a los deportistas, más industria ciclística, y más visibilidad pública del ciclismo. Esto fue perro comiendo perro.

lunes, 15 de julio de 2013

Las postales del Mount Ventoux

Éstas son algunas de las postales que nos dejó la gran actuación de Nairo Quintana en la etapa 15 del tour de Francia en el Mount Ventoux


jueves, 4 de julio de 2013

El Alto de Letras en Strava

Strava publicó la lista de los "Classic Cycling Segments", incluyendo al Alto de Letras en la lista de 52 subidas. Los criterios de clasificación para esta lista son historia, dificultad, y paisaje, y con más de 80 kilómetros (sí, ochenta kilómetros de subida) es fácil concluir que el Alto de Letras entró a la lista por dificultad. Ahí les dejo el perfil por si se animan a intentarlo.

 

lunes, 1 de julio de 2013

martes, 12 de marzo de 2013

De la importancia de un buen candado

Desde hace 6 meses estoy viviendo en Manchester, y una de las advertencias que más me han hecho es acerca de los robos de bicicleta. Aparentemente el robo de bicicletas es parte de la cultura mancuniana a tal punto que la Universidad de Manchester vende candados de bicicleta subsidiados a los estudiantes.
Afortunadamente todavía nadie ha decidido encartarse con mi bici, pero hoy en el camino hacia mi oficina vi el producto de comprar un mal candado. O mejor dicho, no lo vi, porque la bici ya se la habían llevado. Sólo dejaron esto.


El problema del robo de bicicletas es endémico en cualquier ciudad de mediano tamaño, y una bicicleta robada es casi imposible de recuperar. Lo único que podemos hacer es no dar papaya con bicis costosas o candados baratos como el de la foto. Y no, las guayas NO SON SUFICIENTES. No importa lo gruesas que se vean. Lo que necesitan es un buen candado en U (o dos si quieren ser extra cuidadosos), una guaya para las ruedas y un poco de sentido común. En Colombia la forma más fácil de comprar uno de estos es en mercadolibre
El candado se puede comprar, pero lamentablemente el sentido común no. Para lo segundo, ver el siguiente video puede ayudar.


Si no le quedó claro, acá se lo explican con más plastilina.


lunes, 11 de marzo de 2013

Mientras tanto en Groupon...


Las ofertas en groupon para ciclistas no son frecuentas. Sin embargo, hoy están ofertando una bicicleta pegable bastante peculiar.
Si se quieren arriesgar, acá está el link. Si la compran, me cuentan cómo les va.

jueves, 7 de marzo de 2013

Rezeña de libro: It's All About the Bike por Robert Penn


Es difícil saber a donde nos llevará la vida. Prueba de eso es que, aun cuando desde muy pequeño tuve cierta aversión hacia las 'ciencias sociales', y después de haber hecho un pregrado y una maestría en ingeniería, terminé haciendo un doctorado en una escuela de ciencias sociales enfocada en desarrollo y medio ambiente. En esta nueva etapa de mi vida he tenido la oportunidad de aprender sobre el modelo de sociedad en el que vivimos y acerca de cómo hemos llegado a donde estamos actualmente. Este proceso, aunque interesante y profundamente enriquecedor, ha sido deprimente. No se si ustedes se han dado cuenta, pero el mundo está muy jodido, y las formas en las que se maneja son horribles.
Después de meses y meses leyendo, discutiendo y estudiando acerca de las miserias de nuestra sociedad, llegué a mi límite. No soportaba más la decepción y a manera de terapia me propuse buscar un libro alejado de todo esto. Un libro sin guerras, intereses económico, naciones, ideologías ni proyectos políticos. Un libro sin antagonistas, sin sufrimiento, sin malos, y sin heroes. En otras palabras, un libro feliz.
Después de mucho buscar, lo encontré; el libro que me iba a sacar de la depresión en la que estaba era It's All About the Bike: The Pursuit of Happiness on Two Wheels de Robert Penn.
La idea detrás de este libro es simple. Tan simple, de hecho, que suena ridícula. Cuenta la historia de Robert Penn, un aficionado al ciclismo que recorre el mundo en busca de los componentes para al bicicleta de sus sueños. En Inglaterra consigue el marco y el sillín, en Italia el grupo y la dirección, en Estados Unidos las ruedas, y en Alemania las llantas. A lo largo de este viaje Penn nos recuerda de manera exquisita la historia de cada componente, resaltando el contexto social del que surgieron y la gran historia que tienen detras. También nos devuelve a los orígenes de la bici, resaltando las tradiciones y los valores artesanales del ciclismo.
Mucho se puede decir acerca de la gran calidad con la que escribe Penn, o de lo enriquecedor del repaso histórico que hace. Sin embargo, todo eso resulta poca cosa frente al verdadero valor de este libro; le retorna el alma al ciclismo y, de paso, al lector.